15/03/2019
El sostenido aumento del mercado automotor reafirmó la consolidación del sector durante el año 2018, mientras que el relacionado a maquinarias se mantuvo estable pese a los reveses en la comercialización de la soja y en el sector agropecuario.
Se espera que este año se mantengan los factores que potenciaron el éxito del sector automotor. El 2019 arrancó con expectativa alta al confirmarse la continuidad del financiamiento del Banco Nacional de Fomento para automóviles nuevos, a través del Plan “Vehículo 0km para la Gente”.
La ampliación de la cobertura del mencionado plan es un factor no menor: vehículos de hasta Gs. 150 millones, de cualquier procedencia y con la tasa más baja del mercado. Este Plan, producto de los esfuerzos del Gobierno Nacional y las empresas distribuidoras, es sin dudas un hito que favorece a la renovación del parque automotor y la formalización del sector.
La ejecución de importante cantidad de obras públicas anunciadas por el Gobierno será un factor determinante para la dinamización de la economía. El crecimiento industrial es otro elemento a tener en cuenta. El régimen maquila logró exportar por más de US$ 600 millones durante el año pasado, cifra que se proyecta superar ampliamente según el Consejo Nacional de las Industrias Maquiladoras de Exportación (CNIME).
La industria automotriz se reinventa constantemente. La movilidad eléctrica en nuestro país ya es una realidad y debemos acompañar su evolución con acciones concretas que propicien su afianzamiento. Desde nuestro gremio apoyamos e impulsamos las medidas que sean necesarias para la adaptación del mercado a este nuevo modelo de propulsión.
No podemos pasar por alto los desafíos que tenemos aún por delante. Existe todavía camino que recorrer, tendiente a la formalización de la economía. Los frecuentes planes para aumentar impuestos sin ampliar la base tributaria solo producen desconfianza y, de llevarlos a cabo, generaría más desigualdad, perjudicando a los contribuyentes que responsable y sistemáticamente aportan al fisco cada año.
Mejorar el control y la calidad del gasto es fundamental para el correcto funcionamiento de las instituciones. Se deben eliminar las prácticas prebendarias y corruptas que derrochan dinero público y no permiten invertir ni optimizar los recursos.
Es prioritario que las autoridades se centren en corregir estas deficiencias para avanzar hacia una administración realmente democrática e institucionalizada.
Apelamos igualmente a la coherencia del Poder Judicial. Solo un sistema judicial transparente, imparcial y consecuente a los principios constitucionales permitirá el desarrollo pleno de nuestro país.
No será fácil afrontar los desafíos que nos impone esta nueva etapa, pero con el trabajo aunado y la participación de todos los actores implicados en cada proceso se podrán superar los antiguos y nuevos retos.